martes, 10 de agosto de 2010

Experiencias desde el Queer Festival en Copenhague

Buenas. Este verano he asistido a uno de los eventos más excitantes, interesantes y participativos que se dan en Europa a lo largo del año. Se trata de Queer Festival de Copenhague, donde, desde hace 6 años, se lleva celebrando este encuentro que aglutina teoría política, diversidad y mucha sensualidad en todos los ámbitos.
El Queer Festival es un espacio de reflexión y debate acerca de la teoría Queer, que aboga, en muy resumidas cuentas, por la deconstrucción del sexo y la completa libertad sexual. Se trata de levantar durante una semana un espacio realmente seguro para todas las tendencias sexuales, donde la diversidad y el respeto se tornan como valores principales. Además, este espacio se cimenta sobre la autoorganización, la autogestión y la autonomía, siguiendo el espíritu "do it yourself". Es un festival donde la participación en la organización de todxs lxs asistentxs es una constante. Durante una semana entera he vivido en un ambiente de libertad, respeto, y sobre todo seguridad.
El festival se celebró en el espacio de la "Floting City" una especie de centro social cuyo proyecto principal es el de construir una ciudad flotante autoabastecida. El espacio, que consta de varios angares, se modificó notablemente para poder albergar el evento. Éste comenzó el 26 de Julio, pero la gente empezamos a llegar unos días antes, días empleados en los preparativos previos, conocernos y ver la ciudad. Ese lunes, cuando el festival dio su pistoletazo de salida, habría unas 300 personas en él dispuestas a compartir durante una semana experiencias, ideas, saberes y ¡sexo!. A esa gente habría que sumarle otrxs tantxs que vendrían esporádicamente a algunas de las actividades o fiestas nocturnas.
El festival comenzó con un abundante desayuno y una asamblea para coordinar todas las actividades que se iban a desarrollar durante la semana, revisar los espacios que las albergarían, comprobar que las normas de convivencia eran a gusto de todxs etc. Esas normas se recopilaron en un fanzine que te entregaban en un puesto informativo situado a la entrada. En ese zine te explicaba los valores sobre los que se erguía el festival, las dinámicas que no queríamos que se reprodujesen en el espacio, la forma organizativa y como podías participar en cada una de las comisiones que levantaban el festival (cocina, resolución de conflictos, coordinación, información sobre el festival...) e información acerca de los espacios para dormir, para lavarse, para fumar (y esto me sorprendió de veras, porque no se podía fumar en ningún espacio cubierto, hubiese fiesta, concierto o nevase en la calle, por respeto a lxs no fumadorxs), para cagar o mear y hasta para follar (un gran sex space que, según iba transcurriendo el tiempo, se iba decorando y poniéndolo a punto para el apogeo del último día, del que luego hablaré). Además te instaban a que arreglases o construyeses bicis en el taller de reciclado para abastecer de vehículos a todxs lxs participantes venidxs de fuera.
(P.D. El fanzine lo he traido y se quedará en la biblioteca de Malayerba para quien lo quiera consultar, así como otros tantos fanzines sobre teoría queer, eso sí, todos en inglés)
Algo que me encantaba era la flexibilidad de las actividades. La gente de la organización del festival no había elaborado un programa con horarios predeterminados, sino que el programa se elaboró entre todxs, dando pie a que otra tanta gente propusiese actividades no preprogramadas. Así, existian 6 espacios para talleres y charlas, 3 espacios para performances de cualquier tipo (conciertos, shows, streaptease etc) un espacio para disfrazarse, maquillarse etc (con ropa horterísima de la que a mí tanto me gusta)... espacios que tú podías llenar con las actividades que quisieses (siempre y cuando estuviesen disponibles) sólo anotándolo en los tablones de actividades que había junto al comedor. De verdad que fue alucinante lo variopinto de las actividades, que iban desde debates con escritorxs a talleres de fabricación de fustas con materiales reciclados; desde baile provocativo a taller de tatuajes pasando por espectáculos de hip hop y talleres de estimulación corporal... Muchas veces era imposible asistir a todas las actividades pues se superponían.
Todos los días había desayuno, comida y cena por la voluntad, todo hecho con alimentos ecológicos y completamente vegano (aunque muy especiados para mi gusto jejeje). También a diario se celebraba una asamblea de valoración para analizar las actividades, la organización y los conflictos que se hubiesen dado. Además el taller de bicis permanecía abierto las 24 horas, lo que produjo que se fabricasen decenas de bicis. Por último, para terminar cada jornada se abría el bar y comenzaba la fiesta (que tampoco era muy trasnochada por regla general) que solía contar con dj´s, shows y conciertos y cuyo resultado era una agradable banda sonora en el sex space. Según su propio slogan de "safe sex is definetly hot sex" había un suministro constante y gratuito de condones, lubricante y guantes de látex para lxs más pulcrxs (refiriéndome a los guantes de látex, no saquéis conclusiones desacertadas).
Una actividad digna de recordarse fue el cabaret del jueves, que consistió en una fiesta con formato de gala, presentada por dos drag queens, con fragmentos de una película que habían grabado para la ocasión y con la puesta en escena de una enorme cantidad de performances que iban desde shows humorísticos a bailes eróticos. Me sorprendió por la calidad del espectáculo, su duración (unas tres horas) y su alto contenido político. Ese espectáculo fue la culminación de ese día, que ya me había dejado boquiabierto previamente con un ciclo de cine queer que se había proyectado esa tarde, cuyxs directorxs, guionistas etc estaban presentes y organizando el festival.
Por último, cabe destacar la despedida del festival a través de la sex party del sábado noche. Esta fiesta, plenamente sexual, me sorprendió también por la manera de ser llevada que tuvo. Esa noche empezó con una fiesta normal, con algunas acuaciones etc, pero durante todo ese día (y toda la semana) se había esta ultimando los preparativos del sex space. La fiesta en el exterior continuó, pero en la puerta del sex space se empezó a formar una cola para entrar. A la entrada, un equipo de seguridad, compuesto por participantes en el festival, te explicaba las normas del espacio en el que pretendías adentrarte. Pregunta antes de actuar, respeta las temáticas de los espacios y a lxs que están dentro de ellos, no significa no, no des nada por sentado, si te sientes agredidx llama a algunx del equipo de seguridad o avisa a lxs que están a tu alrededor, no hagas nada que no quieras hacer... Antes de entrar, un cosquilleo, un suspiro y para adentro. En el piso de abajo se encontraba una pequeña pista de baile para entablar un primer contacto, donde un dj amenizaba la fiesta, una zona para hombres, una zona para sexo en grupo, una zona mixta y una zona de sado. En el piso de arriba estaba la zona chill out (para magrearse, tocarse, besarse etc, pero no practicar sexo)una zona para mujeres y la zona de transexuales.
Sacad vuestras propias conclusiones, pero la experiencia es como para contarla. Ahora me toca estudiar y currar, pero si puedo el año que viene repetiré. Hasta entonces, salud, anarquía y mucho sexo.
P.D. Os dejo el link del festival por si alguien quiere participar el año que viene, o simplemente siente curiosidad. Además os dejo links de colectivos LGTB en Madrid por si os interesa la teoría queer, la liberación sexual etc.
http://www.queerfestival.org/
http://www.dgenero.org
http://aceradelfrente.blogspot.com
Además está www.puessi.com , www.nodolgtb.com , arcadia.nodolgtb.org etc
Suerte

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